En un mundo hiperconectado, las empresas dependen de proveedores externos para mantener sus operaciones. Sin embargo, esta interdependencia supone un riesgo: un fallo de seguridad en un proveedor puede comprometer datos, interrumpir servicios y dañar la reputación de la compañía

Bárbara García Alarcón

 

Desde el Instituto Nacional de Ciberseguridad (INCIBE) señalamos en nuestra recientemente publicada ‘Guía de gestión de crisis de ciberseguridad en empresas’ que una crisis de ciberseguridad ocurre cuando los daños de un incidente superan la capacidad de respuesta habitual de la compañía. 

 

 

Si bien los ataques directos a una empresa son una amenaza obvia, cada vez es más común que los ciberdelincuentes busquen puntos vulnerables en proveedores y terceros que manejan información sensible. Y un acceso indebido, una filtración de datos o un fallo en la infraestructura de un proveedor pueden tener consecuencias muy graves. Y no son casos aislados.

 

Diariamente, en INCIBE, las empresas nos reportan casos de este tipo. Lo podemos ver en un caso muy reciente como es el de una conocida compañía de seguros de salud que este mes de febrero sufrió...PUEDE SEGUIR LEYENDO ESTE ARTÍCULO, SIN RESTRICCIONES, EN NUESTRA REVISTA ONLINE MEDIANTE EL SIGUIENTE ENLACE https://www.smartfactorymagazine.es/revista/7/index54.html

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