Cómo la computación neuromórfica está cambiando la IA
05/11/2025CATEGORíA: General MARCA: Vertiv
Los chips inspirados en el cerebro están impulsando la IA más allá del centro de datos, lo que permite la toma de decisiones en tiempo real en dispositivos. Pero cumplir con su promesa requiere replantearse la infraestructura desde el principio.
Imagina un dron que teje a través de un almacén con reflejos tipo insecto o una rama protésica que se ajusta a su usuario en tiempo real. Estos no son conceptos del futuro. Son puntos de prueba tempranos para la computación neuromórfica, una nueva clase de hardware de inteligencia artificial (IA) diseñado para imitar el cerebro humano.

Los chips neuromórficos procesan datos utilizando redes neuronales enriquecidas (SNN) que se activan solo para una entrada significativa, similar a las neuronas biológicas. A diferencia de las unidades de procesamiento central (CPU) y las unidades de procesamiento gráfico (GPU) que separan las unidades de memoria y procesamiento, la computación neuromórfica integra estos componentes para un procesamiento de datos paralelo eficiente.
El resultado es un consumo de energía drásticamente menor, tiempos de respuesta más rápidos y diseños compactos adecuados para entornos restringidos en el edge. Esto es más importante que nunca, con un gasto global en infraestructura Edge que se prevé que alcance los 261.000 millones de $ en 2025 a 380.000 millones de $ en 2028.
Cómo funciona la computación neuromórfica
Los chips neuromórficos integran memoria e informática en la ubicación exacta. Este diseño evita el cuello de botella de von Neumann, que se produce cuando los datos se mueven constantemente entre unidades de procesamiento y memoria separadas. En lugar de pasar continuamente por los datos, estos chips funcionan de forma asíncrona y activan el cálculo solo cuando cambia la entrada del sensor. Este modelo basado en eventos puede minimizar el procesamiento innecesario y reducir el consumo de energía hasta 100 veces en comparación con los sistemas convencionales.
Loihi de Intel, por ejemplo, simula más de un millón de neuronas con solo 70 milivatios. Las GPU tradicionales que realizan cargas de trabajo similares pueden consumir varios vatios o incluso kilovatios, lo que limita su uso en entornos remotos o móviles.
Ventajas de la computación neuromórfica
La computación neuromórfica no se trata de ganancias marginales. Representa un cambio estructural en la forma en que la IA se ejecuta en el edge.
- Consumo de energía ultrabajo: Al imitar cómo se disparan las neuronas solo cuando es necesario, los chips neuromórficos reducen el uso de energía inactivo hasta 100 veces.
- Baja latencia: Las redes enriquecidas admiten tiempos de respuesta inferiores a 100 milisegundos, esenciales para la robótica, el diagnóstico en tiempo real y los sistemas de control de bucle cerrado.
- Procesamiento en paralelo: La ejecución asíncrona permite a estos sistemas procesar múltiples entradas de sensor simultáneamente sin crear un cuello de botella.
- Tolerancia al ruido: Los chips neuromórficos son adecuados para entornos caóticos y pueden procesar datos incompletos o no estructurados de forma más eficaz que los modelos de IA convencionales.
- Diseño compacto: La reducción de las necesidades de energía y térmicas permite el despliegue en dispositivos integrados, eliminando la necesidad de grandes sistemas de refrigeración o descarga a la nube.
Juntas, estas características sugieren que los sistemas neuromórficos podrían respaldar la IA eficiente y autónoma fuera del centro de datos.
Preparación para lo que viene
La computación neuromórfica no es un concepto. Ya está redefiniendo cómo funciona la inteligencia de Edge. Desde la robótica y la atención sanitaria hasta el modelado climático y la ciberseguridad, las aplicaciones están aquí. Lo que está rezagado es la infraestructura.
Si tienes previsto implementar IA en el edge, necesitarás sistemas diseñados para soportar estas nuevas cargas de trabajo. Eso significa evaluar la densidad del rack, las estrategias térmicas y la capacidad de respuesta a la potencia. También significa invertir en personas que comprendan este nuevo paradigma de IA: parte de neurociencia, parte de ingeniería, parte de diseño de sistemas.
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