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FABRICACIÓN ADITIVA

“Gracias a la tecnología 3D se prevén complicaciones antes de la cirugía”

09/12/2024

CATEGORíA: General MARCA: ICS Ebre

Entrevista a Eric Barreda, ingeniero biomédico y técnico responsable del laboratorio 3D en el Hospital Verge de la Cinta de Tortosa.


Eric Barreda es graduado en ingeniería biomédica por la UPC, con posgrado en “3D Printing and Artificial Intelligence” impartido por la UPC y un posgrado en “e-health – Information Technology and Health Management” de La universidad Ramon Llull. Anteriormente trabajó en diferentes organizaciones sanitarias como Project Manager de proyectos en el ámbito de la salud digital como la programación de software de ayuda al diagnóstico, telemedicina y análisis de datos. En 2021, realizó un piloto de implementación de un servicio de planificación quirúrgica avanzada en el Hospital Verge de la Cinta de Tortosa (Tarragona). Como resultado del piloto se creó el laboratorio 3D Atmósfera donde actualmente es técnico responsable.

 

 

Hablemos del 3D Lab Atmosfera ICS Ebre, ¿Qué podemos encontrar en él?

El nuevo espacio del laboratorio 3D es un espacio tecnológico con la misión de unir la ingeniería y la medicina dentro del hospital. Nuestro antiguo espacio estaba situado en Traumatología, pero aumentó la demanda, dentro y fuera de Traumatología, así que nos mudamos a un espacio mucha más grande y centralizado y así ser accesibles para el resto de los servicios. Está dividido en dos salas, una con tres estaciones de trabajo para el diseño de productos sanitarios a medida, modelos de simulación y prototipado de productos I+D y la otra de fabricación, posprocesado y testeo. Actualmente, disponemos de una impresora de filamento Ultimaker S5 y una formlabs 3B+ que pueden imprimir resinas biocompatibles. Además, contamos con un software médico y de diseño Materialise Innovation Suite

 

¿Por qué habéis apostado por la tecnología 3D?

En el departamento de Traumatología, especialmente de la mano de la traumatóloga Molina Márquez, quien posteriormente coordinó la Unidad 3D, hace ya unos años que tenían claro el potencial del 3D y ya se hacían impresiones de modelos anatómicos. La apuesta organizativa empezó a mediados del 2021, con el inicio del proyecto piloto de implementación del 3D como Unidad y mi contratación como gestor del proyecto. Fruto de ese piloto implementamos la Unidad 3D, siendo el tercer hospital hasta esa fecha en Catalunya. El reto era mayúsculo ya que no conocíamos de la existencia de ningún hospital no-terciario con una Unidad 3D en España, pero eso, a la vez, era una debilidad y una fortaleza.

Una debilidad porque teníamos la presión añadida de no fallar y una fortaleza porque éramos un equipo de profesionales, muy arraigados a nuestra región, con ganas de innovar y de conocimiento, por lo que todo el equipo se volcó para que funcionara y creo que esto se percibió desde Dirección. Parte del éxito, también, está en que desde el minuto uno trabajamos para tener resultados palpables y todo ello con una inversión relativamente asequible para el hospital. Imagino que desde la dirección del centro también se vio esta apuesta como una oportunidad para mejorar la oferta formativa y atraer a más profesionales sanitarios a nuestro hospital.

 

Desde que este departamento forma parte de su hospital, ¿en qué ha mejorado la prevención, cirugía y formación en el mismo?

La Unidad 3D permite al cirujano adaptar el instrumental de quirófano a la planificación quirúrgica, esto es un cambio de tendencia ya que con las soluciones estándar era al revés. Lo mismo ocurre con las placas e implantes personalizados, son estos los que se adaptan al paciente de manera que trabajan mejor mecánicamente y generan mucho menos rechazo.

El cirujano se siente aún más empoderado al poder controlar más etapas durante la intervención, pueden hacer una selección previa del material de quirófano e incluso me atrevería a decir que se estandarizan resultados. Con eso quiero decir que al final nuestros cirujanos prueban todas las guías sobre replicas anatómicas antes de entrar a quirófano, de manera que, aunque tengan un mal día saben que el resultado será bueno. Esto genera mucha confianza y, en definitiva, repercute en un aumento en la seguridad del paciente y a la vez reduce los tiempos quirúrgicos.

Una cosa que me sorprendió al principio es que a veces teníamos casos en que se dedicaba mucho tiempo a la planificación virtual e incluso imprimíamos algún modelo anatómico y el cirujano después de todo decidía no operar al paciente. Esto al principio me frustraba, sentía que había perdido mi tiempo y el del cirujano. Ellos mismos me hicieron darme cuenta de que era justo al revés, entendí que gracias al 3D se habían previsto complicaciones antes de la cirugía y que el mayor beneficio para ese paciente era haber acertado en hacer un tratamiento conservador. Creo que eso me cambió la manera de ver mi trabajo, no centrarme en el qué sino en el para qué.

Además, en formación el impacto es fundamental, sobre todo en hospitales no tan grandes como el nuestro que no contamos con un servicio de Simulación. Los maniquís convencionales son muy complejos y realistas, pero a menudo no se adaptan a las necesidades de cada centro. Por no nombrar lo caros que son: las formaciones solían ser clases magistrales de un docente con un maniquí y quince o veinte alumnos mirando. El 3D está cambiando el paradigma, ahora cada alumno puede practicar sobre un modelo, haciendo que las formaciones sean del estilo Learning by doing. Un estudiante puede ver una cirugía por la mañana y practicar sobre una réplica de esa misma intervención por la tarde. Para mí esto es un salto cualitativo brutal en pedagogía.   

 

 

¿Cuál es el departamento que más utiliza el servicio de este Laboratorio 3D?

Para la planificación quirúrgica, sin duda, Traumatología, en parte porque el proyecto piloto empezó desde allí, aunque estamos también trabajando con otros servicios. Ahora con la incorporación de los nuevos TCs en el hospital seguro que va a beneficiar a la segmentación, sobre todo de partes blandas. En formación, la demanda es más transversal, nos llegan peticiones de todos sitios.

 

¿Es, en su opinión, la impresión 3D el futuro de la medicina clínica o hay tecnologías aún por descubrir?

La impresión 3D ya es el presente en sanidad. Lo demuestra en que cada año hay más hospitales empezando a implementar esta tecnología de manera in-house. El futuro, que se está trabajando hoy, está por virtualizar cada vez más la tecnología 3D. No quiero decir que lo virtual sustituya a la impresión, más bien van a existir coetáneamente en la misma intervención. Y allí la realidad aumentada jugará un papel fundamental. El hecho de poder tener modelos holográficos referenciados sobre el paciente real que te permitan en tiempo real, por ejemplo, marcar los márgenes de referencia para la extirpación de un tumor y los avances en neuronavegación son realmente prometedores.

Pero tengo la sensación que, será el tratamiento de imágenes médicas, seguramente mediante el uso de herramientas de inteligencia artificial, el área donde vendrán los cambios más abruptos y que aún no imaginamos. Ahora ya existen herramientas automáticas que, aunque con imperfecciones, permiten segmentar en un solo clic casi la totalidad de órganos de nuestro cuerpo. También a nivel de diagnóstico hay herramientas de predicción cada vez más precisas que compare tu TC en bancos de millones imágenes reales o incluso autogeneradas representativas, una especie de chatGPT de imágenes. Con todos los debates éticos necesarios, creo que la tecnología médica del futuro va a ser revolucionaria.

 

¿Falta formación en tecnología 3D destinada a los médicos o es una tecnología que deberían entender sólo ingenieros que se especialicen en medicina?

El 3D creo que es una tecnología que facilita la comunicación entre ambos. Cuando empecé los facultativos iban pasando cortes del TC señalando patologías que iba apuntando como un autómata sin entender hasta que no veía el modelo 3D virtual.

Cada vez los médicos son más tecnológicos (de hecho, en algunos países ya existen subespecialidades en Medicina Técnica) y los ingenieros son más sanitarios, aunque falta trabajar más en lo segundo.

Hay quienes plantean la idea de crear un MIR de Ingeniería Clínica y es, sin duda, un debate que deberíamos empezar a tener. De hecho, hoy en día los ingenieros biomédicos (junto con biólogos y otros) aún no estamos reconocidos como profesionales sanitarios y esto es una sinrazón. Ahora, los ingenieros clínicos somos también actores en la decisión de los abordajes quirúrgicos. Los informes de planificación quirúrgica 3D deben de integrarse en la historia clínica del paciente junto con el resto de los resultados clínicos. Sin duda estas visiones más holísticas benefician al paciente, pero eso implica entender que nuestra responsabilidad clínica es cada vez mayor. Es por eso por lo que hay que reglar formaciones al respecto para asegurar que tenemos la formación médica necesaria. 

A pesar de todo estoy esperanzado, el grado tiene apenas una década. Las primeras promociones no teníamos muy claras las perspectivas laborales y nadie (ni facultativos) entendía que hacíamos. En pocos años el cambio ha sido radical, ya nadie duda de nuestro rol y vemos que las nuevas generaciones de biomédicos que realizan prácticas en nuestro laboratorio vienen cada vez más preparadas.

 

Más información en https://icsebre.cat/web/laboratori-3d/es/3d-lab-atmosfera-espanol/

 

 

 




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