El 17% de la producción mundial de alimentos se desperdicia, con un 11% en los hogares, el 5% en restauración y el 2% en el comercio minorista, según la Organización de las Naciones Unidas

Las nuevas tecnologías ofrecen a la hostelería la posibilidad de analizar los patrones de consumo y planificar mejor sus compras, lo que contribuye a un mayor ahorro de costes y a minimizar el impacto ambiental, según la consultora Datarmony.

 

La implementación de la Inteligencia Artificial (IA) en los bufés de comida es la solución más efectiva para ahorrar costes, reducir el desperdicio de alimentos y minimizar el impacto medioambiental, según defienden desde Datarmony, consultora especializada en el dato y machine learning.

 

“Los algoritmos analizan los patrones de consumo de los clientes y con estos datos los propietarios pueden ajustar sus compras y la cantidad de alimentos que ofrecen, evitando así desechar la comida sobrante”, explica Enric Quintero, CEO de Datarmony.

 

De este modo, los restaurantes pueden aprovechar mejor sus recursos al mismo tiempo que previenen la escasez de alimentos, mejoran la gestión de su inventario y reducen su impacto ambiental.

 

Para lograrlo, los algoritmos analizan los patrones de consumo de los clientes y las reservas, entre otros factores, e identifican los platos más populares y los horarios de mayor afluencia. Con estos datos, los bufés pueden ajustar sus compras, la cantidad de alimentos que ofrecen y optimizar su disposición en el local para no tirarlos por falta de frescura o caducidad.

 

El 17% de la producción mundial de alimentos se desperdicia

Según la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (ONUAA), el mundo desperdicia el 17% de la producción total de alimentos. Esta pérdida supone entre el 8 y el 10% de las emisiones mundiales de gases de efecto invernadero, lo que contribuye al cambio climático y a la degradación del medio ambiente.

 

“La reducción del desperdicio de alimentos debe ser una prioridad global y la IA nos puede ayudar a alcanzar este objetivo al mejorar la seguridad alimentaria y garantizar un consumo más sostenible”, remarca Quintero.

En este sentido, recuerda que la implementación de la Inteligencia Artificial para optimizar la gestión de alimentos es ya una realidad. En el caso de la cadena de supermercados Meny, en Noruega, Datarmony y Link Retail lograron disminuir hasta un 40% del desperdicio de pan y reducir las emisiones de CO2 en 850 toneladas.

 

Sostenibilidad, el punto de encuentro entre el medio ambiente y las empresas

“Adoptar prácticas sostenibles no es sólo una cuestión de responsabilidad social, es también un factor determinante para mejorar el servicio, ahorrar costes y lograr una rentabilidad a largo plazo”, sostiene Quintero.

Asimismo, ejemplifica que si un bufé logra reducir su desperdicio de alimentos en un 30% gracias a la IA, podrá ahorrar una cantidad significativa de recursos en la compra y producción, lo que se traduce en una mayor rentabilidad tanto financiera como de recursos humanos.

 

Ante mayores beneficios, los empleados pueden desempeñar tareas más estratégicas, centradas en la atención y personalización del servicio. Así, tanto bufés como restaurantes logran una mayor productividad y un incremento de clientes atendidos, favoreciendo a la fidelización e ingresos.

 

Información proporcionada por Datarmony

 

 

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